Saturday, November 22, 2008

Bien, hoy ha finalizado el torneo de martorell, y he jugado bien hasta cierto punto, pues era dificilisimo concentrarse en el torneo. Primero hay que agradecerle al sr. exposito su pasividad para controlar el nivel de ruidos de la sala, pues el mismo le estaba enseñando las casillas del tablero en voz alta a un niño de corta edad(5 años o menos) y ambos hablaban en voz alta, claro que incluso el niño chillaba o vociberava. Luego los propios jugadores, que han acabado sus partidas le explican a los demás o incluso a alguien que esta jugando una partida, que han ganado pieza o la partida a gritos y si ya han acabado se han olvidado que ellos mismos, cuando jugaban necesitaban silencio, pues hacen caso omiso y hablan con cualquiera dentro de la sala de juego, a grito pelado. posteriormente entra alguien de la cafeteria-sala de análisis y grita "mañana vamos a recoger setas o cualquier otra cosa", a otro jugador en plena partida le suena el mobil con música de navidad dos veces consecutivas, lo coge y sale a contestar, ni el rival de este señor reclama y lo más fuerte ni el arbitro lo sanciona, posteriormente (más tarde) una vez finalizada su partida, le vuelve a sonar la navidad. los organizadores del torneo(los recogen los resultados) en la mesa de recogida de datos, hablan por los codos y a voces peladas. Realmente es imposible concentrarse así y no cometer errores y doy gracias a lo que sea(mi suerte, algo de concentración que me ha quedado o lo que sea) a que he ganado y he hecho 4 puntos de 8 posibles. Pero realmente es muy importante que en las salas de juego de los torneos el silencio sea la prioridad máxima, aparte de otras cosas( 1 solo servicio para casi 200 personas, por ejemplo).